Tita tiene identidad propia y cuerpo, y eso se siente al entrar en la experiencia. Mena es una host increíble, que cuenta su historia de manera inspiradora, pero humilde como si no hiciera las mejores pastas de Buenos Aires. Ahí la historia de Paternal, la inmigración italiana, la reconfiguración de las pastas en Argentina y las nuevas corrientes de pensamiento se fusionan y hacen pasar un momento inolvidable. Y como si no fuera poco jugar a hacer tus pastas, llega el momento de degustarlas y es sublime. Jugar a ser un rato parte de Tita la Vedette es una experiencia que recomiendo no perdersela.