Gracias a Paloma y Luis por brindarnos la oportunidad de conocer su casa y visitar uno de los lugares más bonitos de Galicia. La casa es un pequeño y precioso refugio con un jardín muy cuidado y literalmente al borde de un acantilado (no aconsejable para niños pequeños) encima de una playa en la que hemos podido estar solos varias veces. Dispone de todas las comodidades y el estado general es impecable. En cuanto al entorno, lo dicho, playas prácticamente vírgenes (algunas inaccesibles), acantilados espectaculares y lugares por los que pasear y relajarse. Aquí hemos visto algunas de las puestas de sol más impactantes que recordamos. Paloma y Luis son dos anfitriones perfectos. Nos dejaron la casa llena de pequeños detalles, flores (qué hermosas hortensias), fruta, vino de la tierra y todo lo necesario para que no tuviéramos que preocuparnos de nada . Muy aconsejable para una pareja, aunque se puede acomodar otra persona provisionalmente para dos o tres días.